viernes, 1 de enero de 2016

Crónicas de viaje: Sigiriya, la roca y olor a té.

Cuán pequeños somos, papá! Ante tanta magnitud me veo pequeña. Ante tanta piedra somos casi imperceptibles.

Luego de ver ese impresionante Buda nos hemos quedado con algunas dudas, como por ejemplo, la práctica ésta de adorar a estatuas y demás. Las religiones, no importa cuál, adoran las estatuas; da igual cuál sea, pareciera que mientras más grande es todo, más expresa la Fe de los creyentes. A mí todo esto me confunde, no lo entiendo. En fin...

Una vez que cumplimos con el Buda de Aukana nos fuimos a cumplir con el León. 

Vivo en una continua serendepia, papi Lucho. Si, eso es! Serendepia! Sri Lanka es un país en el que, mientras estás en la búsqueda de algo, te encuentras con algo que no estabas buscando y que es mucho más interesante. Para mí ir a ver rocas considero está genial pero si en el camino descubres paisajes excepcionales todo se convierte en estupendo, y eso es Sri Lanka: todo lleno de paisajes impresionantes. 


Te cuento la historia: Arriba de la roca había un palacio construido por Kasyapa como una especie de fortaleza para protegerse de su hermano Mogallana. Le mandó a construir un león en la cima para amedrentar a los enemigos, un león que ahuyentó a nadie porque igual vino su hermano y lo derrocó. Mejor dicho, Kasyapa se suicidó. Esa es la leyenda, lo cierto es que desde lo lejos ya va anunciando lo fascinante del lugar. 


Maravilloso, verdad?

Bueno, una vez visto el Buda y la Roca del León nos despedimos de las tierras de Matale y nos dirigimos hacia las tierras altas de Sri Lanka. Existe un trayecto de carácter obligado: de Kandy a Nwara Eliya hay que ir en tren. 

Las tierras altas de Sri Lanka se caracterizan por su verdor y su olor a té. Si, a té. Sri Lanka es el primer productor mundial de té del mundo y estas plantaciones tan alucinantes se encuentran en Nwara Eliya. 


El camino es largo, son cuatro horas en tren pero vale la pena verlo. Disfrutarlo. Es tan intenso el color que no das crédito a lo que estás viendo. 

En sí mismo el pueblo de Nwara Eliya no me gusto demasiado pero a su favor he de decir que sus alrededores son realmente espectaculares. 


Tuve la oportunidad de visitar una de esas fábricas de té: Pedro Tea Estate. Súper excursión. A mí me encanta el té con lo cual ver su proceso me enamoró. 


Como te comentaba, los alrededores son bastante interesantes por ello nos dimos a por la labor de buscar unas cataratas llamadas St. Clara que suelen verse desde un mirador de la carretera camino a Haton. Así que, como no tenemos otra cosa que hacer que "turistear", para allá nos hemos ido y no nos han decepcionado. Mira, ahí te dejo una foto!


No me gustaría que este viaje terminara nunca, fíjate tú que no echo de menos nada de nada. Ni el frío ni la comida ni ni mi casa ni.... Nada. Así que yo por lo menos podría estar de vueltas el resto del año sin preocupación. Es que cuando uno se lo está pasando bien por qué parar, no? Ah! Ya sé, tengo que trabajar. 

Bueno, papá, ahí te dejo con estas líneas. No comas ansias que ya te contare sobre los demás lugares poco a poco. A mí me encanta que leas esto. 

Te dejo un besazo, papi. 

Tu hija. 

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